Un intento de recrear las conversaciones que tengo con mi mente en la madrugada
No tengo niguna dificultad para conciliar el sueño. Mi esposa dice que tengo un botón de encendido/apagado en la nuca, ya que comienzo a roncar a los 5 minutos de poner la cabeza sobre la almohada. Despertarme en la madrugada es otra historia. Cada noche me levanto una sola vez para usar el baño, motivado por la presión en la vejiga. Por alguna razón que desconozco, el acto de micción es interpretado por mi cerebro como una señal de que ha comenzado un nuevo día y comienza a funcionar a toda velocidad. De ahí en adelante inicia una conversación de lo más interesante con mi mente.
Mente: Creo que ya salió el sol.
Yo: No, todavía está oscuro. Duérmete.
Mente: ¿Qué hora es?
Yo: No lo sé, ni me interesa.
Mente: Pero tienes un reloj en tu mesita de noche.
Yo: No lo quiero ver. Por eso lo volteo hacía la pared cada noche.
Mente: ¿Cómo se llama esa película animada sobre un pequeño venado, que viste cuando tenías 7 años?
Yo: Bambi.
Mente: Gracias ¿Bambi era macho o hembra?
Yo: Por favor duérmete.
Mente: En las películas siempre usan 300,000 kilómetros por segundo para referirse a la velocidad de la luz en el vacío. El dato correcto es 299, 792 kilómetros por segundo.
Yo: (Silencio absoluto).
Mente: ¿Ya te dormiste?
Yo: Con esa habladera que tienes no creo que pueda dormirme.
Mente: ¿Cuál es tu problema con ver el reloj en la madrugada?
Yo: Si lo veo y sólo faltan 20 minutos para que suene, me voy a estresar.
Mente: ¿Y si faltan 4 horas?
Yo: No faltan 4 horas.
Mente: ¿Cómo lo sabes?
Yo: ¡Bambi era macho. Ya duérmete por favor!
Mente. Ya casi. Sólo te quiero compartir que otro nombre con el que se conoce a Groenlandia es Kalaallit Nunaat.
Yo: (Cubriéndome la cabeza con la almohada) Por amor de Dios, ya cállate.
Mente: Ese mal genio no es bueno para la presión. Ya no voy a hablar más.
Yo: Gracias.
Mente: (Comienza a cantar “la Bikina”) Solitaria, camina la bikina y la gente se pone a murmurar…
Suena el reloj despertador.
Mente: Tenías razón, sólo faltaban 20 minutos para que sonara la alarma.
Yo: No faltaban 20 minutos. Tienes más de una hora hablando disparates.
Mente: Y por eso estás completamente despierto y listo para otro día de trabajo.
De nada. ☼
____________________________________________________________________
Alex Guerrero es un creador de contenido que vive en Lawrence, Kansas. Considera que la pizza de piña sólo debería ser usada como repelente de tiburones y que el chocolate nunca falla en hacer felices a las papilas gustativas.
Comments