La humanidad debe sentirse agradecida de que sólo hice bromas de los 8 a los 30 años.
Esta es la segunda y última entrega del artículo "8 Bromas que Nunca Olvidaré," publicado en fecha 09 de agosto, 2021, donde comparto el resto de las bromas seleccionadas entre todas aquellas que hice desde los 8 a los 30 años.
"Amoníaco"
Un día uno de mis vecinos se me acercó y me mostró un vaso conteniendo un líquido transparente. "Huele eso," me dijo. Acerqué la nariz, inspire profundamente y luego caí al suelo aturdido. Se trataba de amoníaco. Tan pronto me recupere, mí mente comenzó a enumerar las múltiples posibilidades para hacer bromas. Le pedí a mi vecino que me regalara un poco del potente líquido y salí corriendo para la casa. Entré al cuarto de mi abuelo, quien estaba durmiendo la siesta, y acerqué el recipiente a su nariz. Movió la cabeza de lado a lado un par de veces, y de pronto abrió los ojos y se sentó en la cama, mientras gritaba, "Ese muchacho va a acabar conmigo."
"Un Susto Medieval"
Durante unas vacaciones fuí a visitar a mi papá , quien estaba en el proceso de abrir un negocio de venta de piezas de motores (motocicletas) junto con otro caballero. Yo no tenía mucho que hacer, así que me puse a revisar las oficinas que aún estaban vacías. En una de ellas encontré una armadura dentro de un armario. Estaba hecha de latón y medía casi 6 pies. Los engranajes en mi mente comenzaron a girar más y más rápido, hasta que se me ocurrió la "genial" idea de colocar la armadura en la oficina del socio de mi papá. Recuerdo que estaba hablando con mi viejo y de pronto se escuchó el grito del otro señor. Cuando entramos a su oficina, lo encontramos sentado y secándose el sudor con un pañuelo, después de llevarse tremendo susto al prender (encender) la luz y encontrarse frente a frente con un asesino de la Edad Media. Mi papá no hizo ningún comentario en el momento, pero si recuerdo su sonrisa llena de orgullo ante mi ocurrencia.
"Imitando a 'Huckleberry Hound'"
Antes de que terminara el semestre en la universidad, había que registrarse para el período siguiente. Era un proceso en el que los estudiantes tomaban un número y esperaban a que los llamaran de diez en diez. El señor que anunciaba y recibía los números, tenía una voz muy parecida a la de Huckleberry Hound en español y cuando llamaba a la acción, tenía el entusiasmo de una estrella de mar: «Del 20...al 30.» Bueno, el asunto es que en algún momento aprendí a imitar al caballero y entonces me colocaba detrás de una pared, cerca de los estudiantes esperando ser llamados. Yo los llamaba: «Del 50...al 60,» el grupo de estudiantes se dirigían a donde estaba el señor, quien los miraba confundido y les preguntaba qué querían. Ellos le decían que él los había llamado, y entonces comenzaba la discusión. Mientras tanto, yo me retiraba en silencio y esperaba un rato antes de volver a las andadas.
"Posesión Demoníaca Temporal 2 (PDT)"
Recuerdo una ocasión en la que salí bien tarde del trabajo. La calle estaba desierta y oscura. Mientras me dirigía a la parada donde iba a esperar el transporte urbano, me di cuenta de que uno de mis compañeros de trabajo, a quien llamaré X, estaba a unos 15 metros de distancia, justo debajo del alumbrado público. Sin pensarlo dos veces agarré una rama seca que estaba en el suelo y la lancé en dirección de mi víctima. Cuando la rama cayó cerca de sus pies, X dio un salto que haría palidecer a un gato luchando por su vida. De mi boca salió una risa estruendosa y comencé a caminar en dirección a mi amigo. Cuando ya estaba bien cerca me di cuenta de la expresión de terror en su cara, la cual se tornó en una de alivio cuando ya estuve frente a él. Entonces fue cuando entendí lo que pasó. Como X estaba debajo del cono de luz, yo lo podía ver, pero él no me podía ver a mí. Desde su punto de vista, un asaltante a quien no podía ver, le lanzó una rama y después soltó una risa maníatica mientras se acercaba para despojarlo de sus pertenencias. Dios sabe que nunca hubo maldad en mi corazón, sólo ganas de hacer una travesura.☼
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Alex Guerrero es un creador de contenido que vive en Lawrence, Kansas. Considera que la pizza de piña sólo debería ser usada como repelente de tiburones y que el chocolate nunca falla en hacer felices a las papilas gustativas.
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